Monkey Business

Pelea con Virginia, yo haciéndole creer que mi punto de vista es el mejor.

Virginia: (con tonito irónico): si mi amor, tenés razón.
Yo: no me des la razón como a los monos.
Virginia: como a los locos mi amor, como a los locos…

Ya vengo voy por un par de bananas y vuelvo.

It's only love

Mi primer recuerdo de niño se remota a una pila de discos ubicada estratégicamente debajo del Ken Brown, una pila de mas o menos mil vinilos (el tiempo convertido en memoria todo lo exagera, en realidad deberían ser cien).

Discos de Zeppelín, Zitarrosa, Serrat, Creedence y haciendo diferencia del resto, ubicado siempre al comienzo de la pila, los Beatles. Así los descubrí, no porque me gustaran, sino porque estaban siempre arriba de todo.

Pasan los años, pasan los gustos, se agregan cosas, se dejan otras y nada parece cambiar, en mi torneo personal, siempre ganan por afano.
La nostalgia es una sentencia y esta cumplió ayer veinticuatro años.
Lennon, un pequeño homenaje de aquel que veintisiete diciembres después, sigue poniendo tus discos comenzando la hilera.

Too many buttons

El sábado fui por segunda vez en mi vida a un telo, y un turno de dos horas me quedo corto, poco tiempo para tantos botones.

(El panel digital de Oasis la rompe, ¿quedará mal si la próxima voy solo?)

The small captivation of being drunk

Sábado noche o domingo mañana, quién sabe, tanto alcohol y humo en las venas no deja pensar. Me asomo a Floresta y veo lo que un pibe de otro lugar no va a ver, veo un barrio.
Me acuerdo de todas, de las de tetas grandes, de la que quedo llorando, de la que me dejo sollozando un año entero, de la que esta conmigo ahora, y pienso, mientras tomo el anteúltimo Martini que no va todo tan mal.